Sitios Turísticos
Templo de «Jima»
La parroquia, asentada a 12 kilómetros de la Panamericana Sur, encierra una enorme riqueza histórica y cultural que los jimeños están decididos a rescatar y mantener, así, adentrarse en la iglesia matriz es desempolvar recuerdos de hace siglos. Al extremo izquierdo del altar mayor está rodeada de flores y con vitrales que lo protegen como una joya patrimonial, el cuadro de pintura en óleo, de la Virgen del Rosario, que según relatos de los lugareños, data de hace varios siglos.
Marco dice que según la historia que ha ido de boca en boca hasta nuestros días, el origen del cuadro se remonta a la fundación del pueblo. “Se menciona que el pueblo de Jima ya existía, habitado por descendencia Cañari, y que fue el único que no se sometió ante la invasión española, al enterarse que se aproximaban los conquistadores, se quemó todo el pueblo y los moradores avanzaron hacia el Oriente y se radicaron donde hoy es San Miguel de Cuyes, frontera con Morona Santiago”.
Hasta allá llegaron los españoles, hicieron una capilla para evangelizar y trajeron consigo desde España el mencionado cuadro y tres campanas. En medio de la codicia y ambición que despertó en los españoles el oro de los ríos, los jimeños regresaron trayendo consigo dichos objetos, intentaron levantar una iglesia en varios lugares, pero como una negativa, el cuadro amanecía boca abajo, llegaron al sitio original del pueblo, colocaron la imagen junto a un pantano y desde entonces no se volteó, este hecho fue acogido como aprobación y se levantó el templo y se refundó Jima, dice la leyenda.
Agua milagrosa
Al extremo izquierdo posterior del templo, hay una fuente de agua inagotable, un reducido pozo de “agua bendita”, muestra de lo que fue el pantano. “Aquí llegan centenares de personas, cogen el agua, se santiguan, beben, llevan para bañarse, pues la fe es grande y dicen que hace milagros y sanaciones, al igual que la Virgen del Rosario. No cuesta nada, los devotos dejan lo que sea su voluntad; jamás se ha secado”, manifiesta Rosa Sánchez, colaboradora de la casa parroquial.
En el pueblo hay un sabor a desengaño al recordar la visita de Pierina Correa, quien llegó durante la campaña y tomó el agua del pozo, habló con dirigentes comunitarios y les ofreció apoyarlos en obras como la reconstrucción de la Casa de Bolívar, destruida hace años. “Volvió luego del triunfo de su hermano Rafael Correa, dijo que para agradecer a la Virgen, y nos reiteró su ofrecimiento, pusimos la esperanza en ella, sobre todo por los problemas viales que tenemos, pero hasta ahora nada”, afirmó Marco Shunio Alvarado. (AZD)
Las campanas
Ascendiendo a una especie de mezanine de la iglesia, en medio del polvo se encuentra con uno de los más antiguos pianos que posee el Ecuador, se dice que es el segundo de dos de su especie que aún se conservan en el país; está compuesto de dos grandes y pesados fuelles que eran manejados por dos hombres, además de decenas de cornetas metálicas que emitían los sonidos que se escuchaban a kilómetros de distancia, cuando el músico tocaba las toscas teclas.
Si se anima a subir una escalera artesanal y continuar por una angosta y apolillada grada, llega al lugar donde penden las tres campanas cuya antigüedad podría remontarse a los 500 años. Su color debido al polvo y falta de mantenimiento, es una mezcla entre el café y el verde, a sus alrededores están las bocinas que sirven para las convocatorias al pueblo. (AZD)
Bienes coloniales
Tres campanas que pertenecerían a la época de la colonia y que habrían sido traídas desde España, se mantienen en la iglesia matriz de Jima; ha falta mantenimiento ya que el excremento de la palomas está acelerando su deterioro.
Cuadro español
El cuadro de la Virgen del Rosario, a un extremo del altar mayor, se dice que probablemente fue elaborado entre los siglos XIV y XV y que fue traído en la época de la conquista española.
Pozo de milagros
Rosa Sánchez, explica las bondades del agua milagrosa, en el pozo inagotable de agua, que se ubica junto al templo de Jima.
